Podemos definir el cashflow como el flujo de caja o de tesorería, aunque más que una definición es una traducción. Vamos a ver qué información nos ofrece este indicador sobre el estado financiero de nuestro negocio o empresa.

Que un empresario o un directivo sepa leer un balance, una cuenta de pérdidas y ganancias, es algo inexcusable hoy en día, por mucho que lo financiero no esté dentro de su competencia. Pero con esto no basta, hay que saber acompasarlo con la realidad. Y la realidad es la liquidez, la tesorería. Y aquí es donde nos hacemos la siguiente pregunta: ¿qué es el cash-flow?

Se trata de un término que se sigue usando mucho, aunque ha cedido ante el avance de otros como el EBITDA. En todo caso, lo más importante es entender las razones por las cuales se recurre al mismo, sus limitaciones y cómo podemos emplearlo

La contabilidad y la caja

Uno de los principales problemas al realizar un análisis contable es el de conciliarlo con nuestra realidad financiera. Es habitual encontrarnos con empresas con una excelente salud según una primera impresión de sus cuentas, que tienen las cajas vacías. En tiempos de crisis, más allá de los resultados se atiende a la tesorería de la empresa, y ahí empezamos a toparnos con el concepto de cash-flow.

Podemos definir el cash-flow como el flujo de caja o de tesorería. Pero eso, más que una definición viene a ser una traducción.

Cashflow: Beneficio + amortizaciones + provisiones 

Como vemos, el cash flow es un indicador en el que se agregan a los beneficios en un periodo dado las amortizaciones y las provisiones.

Las amortizaciones son un coste que no supone una salida del dinero. Contablemente suponen una minoración del resultado del ejercicio, pero no implican un desembolso. El efectivo, la tesorería sigue ahí. Otro tanto ocurre con las provisiones.

Como podemos empezar a imaginarnos, a través del cash flow intentamos concretar nuestras disponibilidades financieras, el efectivo que una empresa es capaz de generar en un periodo dado, lo que tiene una importancia capital. Pero no va a ser tan fácil.

¿Qué sentido tiene hablar de cash flow?

El ir más allá del beneficio y llegar a hablar de cashflow puede resultarnos muy útil. Es un primer paso para conocer nuestra salud financiera, la marcha de la misma, su evolución. Y con ella podemos llegar a responder a las dudas acerca de si seremos capaces de cumplir con nuestros compromisos de pagos.

Las limitaciones para calcular el cash flow

La fórmula que hemos dado para calcular el cashflow es la más conocida y empeleada, es el denominado cash flow contable. Puede ser interesante, sobre todo a efectos comparativos entre distintos ejercicios, pero tiene una limitación importante, y viene dada por la regla del devengo.

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