El EBITDA es el equivalente español al resultado operativo o beneficio por operaciones. Es un acrónimo del término anglosajón Earnings Before Interests, Taxes, Depreciation and Amortization, que se utiliza como indicador de rentabilidad de las empresas, aunque no sea propiamente un ratio o índice. El EBITDA mide la generación de fondos de la empresa sin tener en cuenta la carga financiera, ni el impuesto de sociedades ni las amortizaciones, es decir, sólo considera la actividad productiva de la empresa.

El EBITDA adquirió importancia cuando los inversores en adquisiciones apalancadas examinaron empresas en dificultades que necesitaban una reestructuración financiera. Utilizaron el EBITDA para calcular rápidamente si estas empresas podían devolver los intereses de estas operaciones financiadas.

Los banqueros de compras apalancadas promovieron el EBITDA como una herramienta para determinar si una compañía podría pagar su deuda en el corto plazo, digamos en uno o dos años. Si se considera la relación entre el EBITDA y la cobertura de intereses de la empresa -al menos en teoría-, los inversores tendrían una idea de si una empresa podría hacer frente a los pagos de intereses más elevados a los que se enfrentaría después de la reestructuración. Por ejemplo, los banqueros podrían argumentar que una compañía con un EBITDA de 5 millones de euros y un cargo por intereses de 2,5 millones de euros tenía una cobertura de intereses de 2 millones, más que suficiente para pagar la deuda.

Desde entonces, el uso del EBITDA se ha extendido a una amplia gama de negocios. Sus proponentes argumentan que el EBITDA ofrece un reflejo más claro de las operaciones al eliminar los gastos que pueden oscurecer el desempeño real de la compañía.

No se tiene en cuenta el interés, que depende en gran medida de la elección de la financiación por parte de la dirección. Se omiten los impuestos porque pueden variar ampliamente dependiendo de las adquisiciones y pérdidas de años anteriores; esta variación puede distorsionar el ingreso neto. Finalmente, el EBITDA elimina los juicios arbitrarios y subjetivos que pueden entrar en el cálculo de la depreciación y amortización, tales como vidas útiles, valores residuales y varios métodos de depreciación.

Al eliminar estos ítems, el EBITDA facilita la comparación de la salud financiera de varias compañías. También es útil para evaluar empresas con diferentes estructuras de capital, tipos impositivos y políticas de amortización. Al mismo tiempo, el EBITDA da a los inversores una idea de cuánto dinero podría generar una empresa joven o reestructurada antes de tener que entregar los pagos a los acreedores y al recaudador de impuestos.

Sin embargo, una de las principales razones de la popularidad del EBITDA es que muestra cifras de beneficio más altas que las de los beneficios de explotación. Se ha convertido en la métrica preferida por las empresas altamente apalancadas en industrias de capital intensivo como el cable y las telecomunicaciones, donde a veces es difícil obtener beneficios de buena fe.

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